La globalización ha incrementado significativamente la interacción entre sistemas legales de diferentes países. En España, es común enfrentarse a contratos redactados en inglés, especialmente en transacciones comerciales y acuerdos internacionales. La traducción precisa de estos documentos es esencial para garantizar que todas las partes comprendan y cumplan con las obligaciones establecidas. Sin embargo, debido a las diferencias entre los sistemas jurídicos anglosajón y español, es frecuente cometer errores en la traducción de contratos. Este artículo analiza los errores más comunes en la traducción de contratos anglosajones en España, destaca las diferencias formales y proporciona ejemplos de terminología jurídica que no tiene un equivalente directo en España y que suele causar confusión.
En el ámbito legal, cada palabra cuenta. Un contrato mal traducido no solo puede cambiar el significado de una cláusula, sino que también puede dar lugar a malentendidos, conflictos legales y, en el peor de los casos, la invalidez del acuerdo. La traducción jurídica no es simplemente trasladar palabras de un idioma a otro; requiere conocimiento profundo del derecho en ambos sistemas legales para garantizar precisión y seguridad. Si buscas una traducción fiel, clara y adaptada a la legislación española, confía en profesionales especializados. Puedes leer más sobre el paso a paso para solicitar una traducción en nuestra agencia de traducción profesional leyendo nuestra Guía paso a paso en nuestro blog.
Diferencias entre los sistemas jurídicos anglosajón y español
Para comprender los desafíos en la traducción de contratos, es fundamental conocer las diferencias entre los sistemas legales de origen y destino.

Sistema jurídico anglosajón (Common Law)
El Common Law se basa en precedentes judiciales. Las decisiones de los tribunales sientan jurisprudencia y son vinculantes para casos futuros. Este sistema es flexible y evoluciona con cada nuevo fallo judicial. Los contratos en el Common Law suelen ser detallados, anticipando diversas contingencias para evitar interpretaciones judiciales adversas.
Sistema jurídico español
El sistema jurídico español se fundamenta en códigos y leyes escritas. La jurisprudencia tiene un papel interpretativo, pero no crea derecho. Los contratos en España suelen ser más concisos, confiando en las disposiciones generales de la ley para suplir detalles no especificados.
Errores comunes en la traducción de contratos anglosajones
Al traducir contratos del inglés al español, se pueden cometer diversos errores que afectan la claridad y validez del documento.
1. Traducción literal de términos sin considerar el contexto legal
Un error frecuente es traducir términos de manera literal sin tener en cuenta su significado jurídico en el sistema de origen y su equivalente en el sistema de destino. Por ejemplo, traducir «consideration» como «consideración» es incorrecto, ya que en el Common Law se refiere al «objeto del contrato» o «contraprestación».
2. Desconocimiento de las estructuras contractuales propias de cada sistema
Los contratos anglosajones suelen incluir cláusulas y estructuras que no tienen equivalente directo en el derecho español. Por ejemplo, las cláusulas de «indemnity» (indemnización) pueden tener implicaciones diferentes en cada sistema legal. Una traducción sin adaptación puede llevar a malentendidos o a la inaplicabilidad de la cláusula en España.
3. Uso incorrecto de falsos amigos
Los falsos amigos son palabras que, aunque se parecen en ambos idiomas, tienen significados diferentes. Por ejemplo, «eventual» en inglés significa «final» o «definitivo», mientras que en español se refiere a algo «posible» o «contingente». Confundir estos términos puede alterar el sentido de una cláusula contractual.
4. Omisión de términos técnicos específicos
Algunas expresiones técnicas del derecho anglosajón no tienen una traducción directa al español. Por ejemplo, «trust» es una figura jurídica inexistente en el derecho español. Traducirlo simplemente como «fideicomiso» puede no reflejar todas las características del «trust» anglosajón. Es necesario explicar o adaptar estos términos para mantener la precisión legal.
5. Falta de adaptación cultural y legal
Los contratos no solo contienen términos legales, sino también referencias culturales y prácticas comerciales específicas. Por ejemplo, las referencias a «Thanksgiving» como fecha límite en un contrato estadounidense no tendrían sentido en España. Es esencial adaptar estas referencias al contexto español para garantizar la relevancia y comprensión del contrato.
Terminología jurídica sin equivalente en España
A continuación, se presentan algunos términos del derecho anglosajón que carecen de un equivalente directo en el sistema jurídico español y que suelen causar confusión.
1. Consideration
En el Common Law, «consideration» se refiere al beneficio o detrimento que cada parte recibe o asume al celebrar un contrato. Es un elemento esencial para la validez del contrato. En el derecho español, no existe un concepto idéntico; el contrato es válido por el mero consentimiento, siempre que tenga una causa y un objeto lícito.
2. Trust
El «trust» es una figura jurídica en la que una persona (settlor) transfiere la propiedad de un bien a otra (trustee) para que la administre en beneficio de un tercero (beneficiary). Este concepto no tiene un equivalente directo en el derecho español, aunque existen figuras como el fideicomiso que pueden tener funciones similares, pero con diferencias significativas en su estructura y regulación.
3. Common Law y Equity
En el sistema anglosajón, Common Law se refiere al conjunto de leyes basadas en precedentes judiciales, mientras que «Equity» es un sistema complementario que busca la justicia en casos donde la aplicación estricta del Common Law sería injusta. En España, no existe esta dualidad; todo el sistema legal se basa en códigos y leyes escritas.
4. Punitive Damages
Los «punitive damages» son compensaciones que exceden el daño real sufrido, otorgadas con el fin de castigar al infractor y disuadir conductas similares en el futuro. En el derecho español, este tipo de indemnización no está contemplado; las compensaciones se limitan a resarcir el daño efectivamente causado.
5. Estoppel
El «estoppel» es un principio legal que impide a una persona contradecir algo que ha afirmado previamente cuando otra ha actuado en base a esa afirmación. Aunque en el derecho español existen figuras similares, como los actos propios, no hay un equivalente exacto al «estoppel» anglosajón.
Recomendaciones para una traducción precisa
Para evitar los errores mencionados y garantizar una traducción fiel y funcional de contratos anglosajones al español, se sugieren las siguientes prácticas:
1. Contar con un traductor especializado en derecho
No basta con ser bilingüe; es imprescindible conocer la terminología y el funcionamiento de ambos sistemas jurídicos. Un traductor jurídico especializado podrá identificar las diferencias conceptuales y elegir la mejor adaptación.
2. Evitar traducciones literales
Los términos jurídicos no siempre tienen una equivalencia directa. Es crucial comprender el significado en su contexto legal y buscar la mejor forma de expresarlo en español, incluso si esto requiere explicaciones adicionales.
3. Consultar fuentes jurídicas y modelos de contratos en ambos sistemas
El análisis de documentos jurídicos en inglés y español permite detectar patrones y garantizar coherencia en la terminología. Existen bases de datos legales y diccionarios especializados que pueden servir de referencia.
4. Revisar la normativa española aplicable
Antes de asumir que una cláusula es válida en España, es importante contrastarla con el Código Civil, el Código de Comercio y otras leyes pertinentes para asegurarse de que no contradiga el ordenamiento jurídico español.
5. Trabajar con abogados bilingües
En caso de duda, es recomendable consultar con un abogado con experiencia en derecho internacional o comparado. Un asesor legal puede aclarar aspectos específicos de cada contrato y evitar interpretaciones erróneas.
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Preguntas frecuentes sobre traducción de contratos en inglés
Una traducción incorrecta puede generar malentendidos, cláusulas inaplicables en España o incluso la nulidad del contrato. Además, puede dar lugar a disputas legales costosas.
Los errores más frecuentes incluyen traducciones literales de términos sin equivalente en español, omisión de estructuras contractuales, uso de falsos amigos y falta de adaptación cultural y legal.
«Consideration» no tiene un equivalente directo en el derecho español. En su contexto, se puede traducir como «contraprestación» o «objeto del contrato», aunque en España los contratos no requieren esta figura para su validez.
Depende del contenido del contrato. Algunas cláusulas pueden ser válidas, pero otras podrían contradecir el derecho español y no ser ejecutables. Es fundamental adaptar el contrato a la legislación local.
El «Common Law» se basa en precedentes judiciales y contratos extensos que prevén múltiples escenarios. En cambio, el derecho español se fundamenta en códigos escritos, y los contratos suelen ser más concisos, confiando en la legislación para suplir lagunas.
En estos casos, se puede optar por explicarlo en una nota al pie, adaptar su significado con términos similares en el derecho español o, si es relevante, mantener el término original con una aclaración.