En ALOS somos expertos en traducciones y en este post vamos a hablar de un término íntimamente relacionado con la modalidad jurada: la apostilla.
La apostilla es un término clave en el ámbito de la traducción jurada y los documentos legales internacionales. Se refiere a la «Apostilla de La Haya», un certificado que autentica la validez de un documento público para que sea reconocido en otro país que también es signatario del Convenio de La Haya de 1961.
¿Qué es exactamente la «Apostilla de La Haya»?
La Apostilla de La Haya es un método simplificado de legalización de documentos públicos (como certificados de nacimiento, sentencias judiciales, o diplomas) que permite que estos documentos sean válidos en los países firmantes del Convenio de La Haya, sin necesidad de realizar una legalización adicional a través del consulado o embajada. Se trata, en esencia, de un reconocimiento de que las firmas de un documento son auténticas y válidas, independientemente del contenido que se redacte.
Es decir, la apostilla NO garantiza autenticidad, validez o equivalencia de un documento, sino de las firmas que lo acompañan. Pero esa garantía, existen las traducciones juradas.
La apostilla SIEMPRE debe realizarse en el país de origen del documento.
¿Cómo se relaciona la apostilla con la traducción jurada?
Cuando un documento que va a ser utilizado en un país extranjero necesita ser traducido de manera jurada, también puede requerir una apostilla para ser aceptado por las autoridades de ese país. La relación entre la apostilla y la traducción jurada se da así:
- En el documento original. Antes de traducir un documento, puede ser necesario apostillarlo en el país de origen. Esta apostilla certifica la autenticidad del documento original y le da validez internacional. Luego, el documento apostillado puede ser traducido por un traductor jurado.
- En la traducción jurada. En algunos pocos casos, una vez que el documento ha sido traducido y certificado por un traductor jurado, la traducción también debe ser apostillada para confirmar que el traductor jurado está autorizado por las autoridades competentes del país donde se realizó la traducción.
Veamos un ejemplo concreto
Supongamos que una persona de Turquía necesita presentar su acta de nacimiento en España para solicitar la residencia. Primero, el acta de nacimiento debe ser apostillada en Turquía para certificar su autenticidad. Luego, este documento apostillado debe ser traducido al español por un traductor jurado en España o allí. Finalmente, si las autoridades españolas lo requieren, la traducción jurada también podría necesitar ser apostillada para ser aceptada sin problemas.
La apostilla, a veces, es fundamental
La apostilla es esencial para asegurar que los documentos y sus traducciones sean reconocidos legalmente en el extranjero. Sin ella, un documento podría ser rechazado, lo que podría complicar trámites legales, administrativos o comerciales. Por lo tanto, es fundamental que quienes necesiten realizar traducciones juradas estén al tanto de si sus documentos requieren o no una apostilla antes de ser traducidos y presentados en otro país.
En resumen, la apostilla es un certificado que autentica documentos públicos para su uso internacional entre los países firmantes del Convenio de La Haya. En el contexto de la traducción jurada, la apostilla garantiza que tanto el documento original como su traducción tengan validez legal en el país extranjero donde serán presentados. Esto es crucial para evitar problemas legales y asegurar que los documentos sean aceptados por las autoridades correspondientes.
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