Si has llegado hoy aquí, seguramente sea porque tienes un producto o servicio que es la leche, y no quieres guardártelo solo para ti. Es tan genial que quieres compartirlo con el resto del mundo. Quieres atravesar fronteras y ofrecérselo a personas que viven en la otra punta del planeta. Sabes que les va a encantar y que va a tener un éxito aplastante
Entonces te plantas frente a la pantalla de tu pc y te pones a escribir un e-mail para dar a conocer al mundo tu producto o servicio. Lo traduces a tantos idiomas como clientes potenciales tienes en tu base de datos. Cuidas el diseño, cuidas los colores. Está todo listo para enviarlo, y con el corazón a mil por hora, le das al botón de ENVIAR.
E-mail enviado con éxito
La adrenalina corre por tus venas. Sabes que en cuanto esos clientes potenciales lo reciban van a contestarte y vas a empezar a vender como si regalaras caramelos en la puerta de un colegio. Sin embargo, van pasando las horas, y no ocurre nada. Pasan los días, y tampoco tienes respuesta.
¿Qué está pasando? Tienes una bomba a punto de explotar entre tus manos, y… ¿Nadie se da cuenta? ¿Será que el producto o servicio que tienes no es tan bueno como imaginabas? Puede que sea eso. O puede que cuando hayas escrito ese e-mail no lo hayas hecho teniendo en cuenta las necesidades lingüísticas de tus clientes potenciales.
Antes de seguir, voy a ponerte en una situación, y por favor, contéstate a ti mismo/a con la máxima sinceridad. Recibes un e-mail de una empresa que no conoces mucho, y en el asunto, pone una frase que no tiene sentido para ti.
¿Abrirías el e-mail? En el supuesto de que sí lo hicieras, te pones a leerlo y no te cuentan quiénes son, ni qué te están ofreciendo exactamente, por no hablar de que la gramática o el vocabulario dejan un poco que desear. Automáticamente, cierras el e-mail, no sin antes marcarlo como Spam. ¿Me equivoco?
Consejos para conseguir nuevos clientes y no ir directamente a la lista negra (bandeja de SPAM)
Remitente:
Este es tu papel en el juego. Tu tienes muy claro tus intenciones, pero, ¿se adaptan al receptor? Antes de enviar el e-mail, hazte estas preguntas:
¿Por qué querrían comprar mi producto o servicio? ¿Qué quiere conseguir mi cliente potencial? ¿Puedo enviar exactamente el mismo mensaje a cualquier cliente? ¿Debería adaptarlo para conocer sus expectativas?
El mensaje:
Es realmente importante que estructures tu e-mail. Ten en cuenta que un gran número de destinatarios no te conocen, por lo tanto, necesitan hacerlo. Cuéntales por qué te diriges a ellos, comparte vuestros puntos en común, preséntate (o presenta tu negocio) y qué buscas con este correo, describe lo que esperas, y termina con una acción para asegurarte que te respondan.
El destinatario:
El punto más importante de todo esto es que el destinatario te considere una fuente –o proveedor- fiable. Seguir esta estructura te ayudará a conseguirlo, pero no es la panacea. Hay veces que no entendemos el comportamiento de los usuarios, y por qué, llevando a cabo una misma acción de marketing, unas veces resulta un éxito aplastante y otras no tiene ni pena ni gloria.
En Alos idiomas os hemos instado muchas veces a no perderse en la traducción. Conseguir un buen texto traducido no es sencillo, y mucho menos, un e-mail (de ahí que muchos mails mal traducidos llegan a la bandeja de Spam). Por eso, tenemos un gran departamento de especialistas en traducción de todo tipo. Recibir información adecuada, sin errores ortográficos ni gramaticales, así como expresiones propias del idioma, es sumamente importante. De lo contrario, podemos caer en la bandeja de Spam y que no haya marcha atrás.
Ponte en contacto con nosotros para más información sobre traducción. Tenemos un equipo de profesionales que cuidan con todo detalle cada traducción. Síguenos en nuestras redes sociales y entérate de todas las novedades. Estamos en facebook, instagram y Linkedin.